Iomega REV 120 Gbytes es el Santo Grial
Está claro que Iomega está intentando posicionar su última unidad REV como la solución definitiva para todas las necesidades de ‘backup’. Después de todo, el producto está diseñado para sustituir a las ancianas unidades de cinta ofreciendo una mayor velocidad, precios más reducidos y un importante aumento en la capacidad de almacenamiento. El Iomega REV 120 viene en varios sabores, pero las dos versiones que probablemente se lleven la palma serán el USB 2.0 External para ‘backup’ de escritorio (que cuesta alrededor de 462,84 euros) y el USB 2.0 Backup Kit para recuperación en red (cuyo precio ronda los 694,84 euros).
La mayor diferencia entre estas dos unidades es el número de cartuchos REV que incorporan y el software de ‘backup’ incluido en el paquete. La opción más cara incluye cinco cartuchos REV de 120 Gbytes, así como la aplicación CA BrightStor ARCserve Backup, que lo convierten en una solución adecuada para realizar ‘backups’ en servidores de pequeñas empresas. La otra opción (la de 462,84 euros) viene con un solo cartucho de 120 Gbytes y el software EMC Restrospect Express Backup. Ambas unidades se conectan a través de USB 2.0, incluyen una fuente de alimentación externa y un kit de recuperación de desastres. Aquellos que busquen una unidad interna, Iomega también ofrece una solución para ellos Serial ATA con características parecidas a las antes mencionadas y un precio algo inferior.
Si lo que queremos es comparar estas nuevas propuestas de Iomega con las clásicas unidades de cinta, encontramos grandes diferencias. Desde un punto de vista meramente económico, un dispositivo de cinta con una capacidad similar costaría más de 900 euros, con velocidades de unos 80 Gbytes por hora (una unidad LTO-2, usando compresión) y una capacidad de 200 Gbytes. Las cintas vírgenes (LTO-2) tienen un precio de unos 50 euros. Si echamos unas cuentas rápidas, podemos comprobar que la unidad REV es toda una ganga. Pero la cosa no acaba ahí.
REV ofrece un nivel de flexibilidad que no podría ser nunca alcanzado con una solución de almacenamiento en cinta. En primer lugar nos encontramos con la velocidad de proceso. Al usar la interfaz USB, la propuesta de Iomega ofrece velocidades de disco duro USB o, lo que es lo mismo, tasas de transferencia mucho mayores que cualquier cinta. Además, como se trata de un dispositivo extraíble, el REV 120 puede ser compaginado con soluciones de ‘backup’ alternativas. Esto permite a empresas pequeñas usar algunos programas de recuperación como Norton Ghost o Acronis True Image.
Las ventajas de REV van más allá del ‘backup’. Los usuarios que trabajen con los últimos productos en virtualización apreciarán la capacidad de crear múltiples discos duros virtuales en un mismo cartucho REV y así obtener fácilmente máquinas virtuales portátiles. También se pueden hacer ‘backups’ rápidos en cualquier equipo enchufando el dispositivo, almacenar imágenes de CDs o DVDs de software. La unidad también sirve para análisis forenses, auditorías y e-discovery, en los cuales se necesita almacenar mucha información para ser analizada con posteridad. Vamos, que casi cualquier sector que necesite almacenar grandes cantidades de datos para ser transportadas después puede sacarle provecho a las nuevas unidades REV.
La unidad es muy sencilla de instalar y de utilizar. Gracias a la tecnología plug-and-play, puede conectarse tanto PCs de sobremesa con sistema operativo Windows como a servidores. Nosotros enchufamos la unidad REV a un PC con Windows Vista y ésta fue reconocida en segundos como una unidad de almacenamiento externo, sin necesidad de instalar drivers o software extra. El dispositivo ofrece una velocidad más que interesante: pudimos copiar 11 Gbytes de datos (una mezcla de audio, vídeo y otro tipo de archivos) en unos 10 minutos. Todo ello mientras seguíamos utilizando el PC para navegar por Internet, comprobar el e-mail y escribir este análisis que estás leyendo. Eso se traduce en 1,1 Gbytes por minuto, un tercio de la velocidad máxima teórica de un USB 2.0. La versión SATA del producto probablemente conseguiría una velocidad mayor, ya que no estaría limitada a la interfaz USB 2.0.
Iomega ofrece una garantía de cinco años en la unidad, mientras que los cartuchos tienen una duración estimada de 30 años. El diseño del dispositivo es bastante funcional: el cartucho se desliza dentro de la unidad atravesando una portezuela protectora contra el polvo. Así, los cabezales siempre están protegidos, mientras que los cartuchos contienen las pletinas de disco y el motor. Una disposición ideal para evitar grandes daños en el dispositivo.