“No creo que la situación del mercado español sea particularmente difícil”
La comisaria europea para las Telecomunicaciones, Viviane Reding, destaca cómo el desarrollo de los mercados en los últimos años han consolidado un marco competitivo para las empresas del sector, quitando hierro a la situación de las operadoras españolas.
“La llegada de nuevos operadores al mercado de la telefonía ha aumentado la competitividad en el mercado móvil español”, destaca.
Reding se reafirma en la defensa del Paquete Telecom, que ayer desgranaba. “El Paquete Telecom es para mí un elemento clave para favorecer el empleo y crecimiento en el seno de la Unión Europea”.
En los últimos meses, operadores y fabricantes de aparatos de telecomunicaciones han realizado movimientos de personal y han publicado resultados económicos en algunos casos negativos.
¿Hay realmente una crisis de mercado en las telecomunicaciones o, de hecho, no asistimos más que a una reorganización del mismo?
La política europea en materia de telecomunicaciones ha permitido el desarrollo de mercados competitivos. Al cabo de los años, los proveedores de servicios y los fabricantes han debido adaptarse para ofrecer nuevos productos y servicios más innovadores. Es, en mi opinión, un cambio muy positivo y de manera general estoy muy confiada en lo que concierne al sector telecom.
Los datos del sector son, de hecho, excelentes: el 30 por ciento del mercado mundial de las TIC tiene su base en Europa. Este mercado tiene un crecimiento anual de entre un 4 y un 5 por ciento. Es también un éxito el estándar GSM que nació en Europa y que es ahora utilizado por más de 3 mil millones de individuos en el mundo, repartidos en más de 200 países.
En cuanto al sector de las telecomunicaciones, pesa más de 300 mil millones de euros, lo que es el 2 por ciento del PIB de la UE, y por el quinto año consecutivo, las inversiones han aumentado en la Unión Europea y han sobrepasado los 50 mil millones de euros en 2007.
Además, el tráfico de datos de las redes móviles continúa creciendo, como testimonia la tasa de penetración del teléfono móvil que, desde el comienzo de esta Comisión, ha pasado del 85 al 112 por ciento de la población de la Unión Europea. Bien entendido, este éxito no impide resultados y éxitos variables según los actores del mercado. Ahí todavía, es la capacidad de innovación de las empresas, su estrategia de desarrollo, la calidad de su gestión y la satisfacción de sus clientes los que harán la diferencia y jugarán un rol fundamental en su resultado en el mercado europeo y mundial.
España es el país culpable, por ejemplo, de los malos resultados de Vodafone, ¿es verdaderamente la situación española tan difícil en los mercados de las telecomunicaciones como esta información nos permite imaginar?
No creo que la situación del mercado español de las telecomunicaciones sea particularmente difícil. A principios de julio de 2008, el regulador español CMT publicó los ingresos de este sector para el año 2007. Alcanzaban más de 44 mil millones en conjunto, lo que es 4,6 por ciento más que el año precedente. El mercado de la telefonía móvil española vivió además un fuerte crecimiento, del orden del 11,8 por ciento y tiene una previsión de 14,89 mil millones de euros de ingresos.
Diría también que la llegada de nuevos operadores al mercado de la telefonía ha aumentado la competitividad en el mercado móvil español. Las tarifas continúan disminuyendo, lo que se traduce en beneficios en términos de servicios y de precios para los consumidores. Los operadores móviles han, por tanto, sabido adaptar su modelo comercial a la evolución del mercado.
De otro lado, la conexión a internet presenta numerosas diferencias entre los países de la Unión. ¿Cuáles son las principales medidas que la Administración europea va tomar o comenzar en este dominio?
La legislación europea en materia de telecomunicaciones debe asegurar el acceso de todos los ciudadanos a internet. Más de la mitad de los europeos utilizan regularmente internet hoy, con lo cual podemos felicitarnos. Queda sin embargo mucho por hacer para alentar a la otra mitad a adoptar las tecnologías de la información y de la comunicación.
Es verdad que existen grandes disparidades de un país a otro: el paisaje del ADSL en Europa permanece extremamente fragmentado. Estas disparidades se explican por diferentes factores, tales como la cobertura geográfica, la velocidad de conexión, el precio y los usos que cambian según los Estados, lo que hace aún más difícil las comparaciones a escala europea. El indicador de resultados de alta velocidad (o BPI ) que acabamos de presentar en nuestra comunicación sobre las redes e internet del futuro debería remediarlo.
La Comisión tiene sin embargo previsto utilizar los fondos estructurales europeos para el desarrollo de infraestructuras y servicios de banda ancha, rápidos y accesibles. Finalmente, cooperamos estrechamente con los gobiernos a fin de hacer evaluaciones comparativas y intercambiar las buenas prácticas.
Es por ello que trabajamos desde hace varios años y se puede decir sin equivocarse que existe a día de hoy muy buen clima para desplegar la banda ancha europea. Muchos países europeos disponen de las mejores conexiones ADSL del mundo y están a la cabeza en numerosos dominios. Nos hace entonces falta seguir en esa dirección, notablemente gracias a una regulación de los servicios de alta velocidad en grueso entre los Estados miembros de la Unión europea.
A este punto, una de las iniciativas faro es la Recomendación sobre el acceso regulado a las redes de acceso de nueva generación. Trabajamos para este hecho en estrecha cooperación con nuestros colegas de la Dirección General de la Concurrencia, a fin de asegurar una seguridad jurídica a los inversores y a los operadores, en un interés último del consumidor.
España es uno de los países con la conexión ADSL más cara. ¿Cuál es la visión que la Unión tiene sobre la situación del país en esta cuestión? ¿Va a tomar medidas para obligar a los operadores españoles a reducir el precio de las conexiones?
En el curso de los últimos meses, se ha dicho mucho sobre este tema. Las diferentes estadísticas presentan la situación del mercado de la alta velocidad de una manera o de otra. Lo que es incuestionable, es que existe un número significativo de quejas sobre la calidad de este tipo de servicio y que el crecimiento de las líneas de alta velocidad en España es inferior al crecimiento medio en el seno de la Unión Europea.
La penetración de la alta velocidad en España ha pasado del 15,2 por ciento al 18,3 por ciento en 2007, pero continúa siendo inferior a la media europea (20 por ciento). El regulador nacional español, CMT, dispone, gracias a la legislación europea en materia de telecomunicaciones, de medios suficientes para estimular la competencia en el mercado, para ofrecer servicios de calidad a precios razonables, y para compensar toda deriva imponiendo, llegado el caso, las medidas necesarias. Puedo asegurar que la Comisión seguirá atentamente esta evolución y tomará las medidas necesarias para mejorar las condiciones de competencia en el mercado ADSL español para garantizar ofertas competitivas a los consumidores.
En este punto, ¿cree que la alerta de una posible denuncia ante los Tribunales comunitarios podrá impulsar definitivamente un cambio en el modelo de mercado español y, por tant
o, modificar esta situación?
Nuestro objetivo no es el de intervenir en el modelo de mercado como tal, sino el de favorecer el desarrollo de la competencia en este sector. Es el único modo, repito, de asegurar a los consumidores servicios de calidad y a precios reducidos. Seguimos de cerca los desarrollos legislativos en España y damos nuestra opinión sobre los proyectos de medidas presentados por la CMT manteniendo la posibilidad de iniciar, si es necesario, un procedimiento de infracción.
¿Cómo afectará el retraso en la aprobación del Tratado de Lisboa al sector de las telecomunicaciones y a la implantación de medidas europeas sobre la materia?
Las disposiciones del Tratado de Lisboa no constituyen, hablando con propiedad, una revolución en un sector ya bastante integrado. Pero la entrada en vigor del Tratado nos ofrecerá nuevas oportunidades y nos conducirá, indudablemente, a repensar nuestra manera de hacer Europa, lo que comprende los dominios ligados a las telecomunicaciones y de forma más completa a la Sociedad de la Información.
Los dos puntos más importantes del Tratado de Lisboa son la extensión del procedimiento de co-decisión (que permite a las dos ramas legislativas, es decir, el Parlamento europeo y el Consejo, adoptar un texto de ley desde un punto de igualdad y de acuerdo) y el voto por mayoría cualificada en el seno del Consejo.
Desde el punto de vista legislativo, uno de los recursos más utilizados por los promotores de la Sociedad de la Información es el artículo 95 del tratado CE. Es además sobre esta base que el Paquete Telecom ha sido propuesto y negociado. Este artículo prevé ya un procedimiento de codecisión por la mayoría cualificada.
Igualmente a señalar sobre este punto, el impacto del Tratado de Lisboa queda limitado y el retraso de los Estados miembros en los procesos de ratificación no afecta que un poco al sector de las telecomunicaciones. Además de esto, algunas de las ordenaciones más notables han tenido como consecuencia el redefinir profundamente “otras disposiciones” situadas hasta ahora fuera del campo de la codecisión y que tienen justamente un interés para nuestro sector, las telecomunicaciones. Sucede esto, por ejemplo, con las bases jurídicas relativas a la propiedad intelectual, a la política espacial o incluso los servicios de interés económico general.
Previsto por los tratados fundadores y extendido progresivamente a nuevas disposiciones durante las diferentes reformas de tratados, el voto por mayoría cualificada es indispensable en el seno de una Unión ampliada donde la unanimidad es cada vez más difícil de conseguir.
Y de manera más general, el reequilibrio institucional que se jugó a favor de los parlamentos nacionales y del Parlamento europeo no quedará sin consecuencias sobre la manera de pensar y de traducir la legislación europea en el dominio de la Sociedad de la Información. Las nuevas disposiciones sobre el principio de la subsidiaridad (que consiste en decidir y actuar a nivel comunitario cuando los efectos de la acción estudiada son mejores realizados a este nivel), redimensionarán sin ninguna duda nuestros hábitos legislativos.
Por primera vez en la historia de la Unión, los parlamentos nacionales tendrán la posibilidad de alertar públicamente a las instituciones europeas y a su propio gobierno sobre todo proyecto de acta legislativa europea, sector de las telecomunicaciones incluido, que no respeten este punto de equilibrio mayor.
¿Cuáles son las principales líneas de trabajo que el Comisariado seguirá en los próximos meses?
El Paquete Telecom es para mí un elemento clave para favorecer el empleo y crecimiento en el seno de la Unión Europea. Tengo además la clara intención de obtener la adopción del Paquete Telecom antes del final del mandato de la presente Comisión en noviembre de 2009. El voto del Parlamento europeo del 24 de septiembre último es muy alentador. Es un augurio para el acuerdo político que tendrá que ser negociado en el Consejo de Telecomunicaciones en noviembre.
Para dar el último toque al mercado único de las telecomunicaciones en Europa, contamos aún con carne sobre el asador. Por eso, hemos propuesto hace solamente algunos días reducir el 60 por ciento el coste de los SMS enviados desde otro país de la Unión. El año último, hemos obtenido una reducción del precio de las llamadas telefónicas móviles por el reglamento sobre la itinerancia internacional o roaming.
A partir del 1 de julio de 2009, los ciudadanos no deberían pagar más de 11 céntimos de euro por un SMS enviado desde otro país de la UE, mientras que hoy la tarifa media es de 29 céntimos de euro. Bien entendido, estamos alerta y el texto debe aún ser examinado por el Parlamento y el Consejo antes de entrar en vigor. Esperamos que los consumidores puedan aprovechar estas bajadas de tarifas desde el verano próximo, es decir en su partida de vacaciones.
Otro tema importante, es la reducción de los costes de terminación de las llamadas, es decir las tarifas de más facturadas por el operador mientras el cliente recibe una llamada telefónica al operador del emisor de la llamada. Estas tarifas se incluyen en todas las facturas telefónicas y son pagadas al final por el consumidor. Actualmente, las tarifas difieren considerablemente de un país a otro y pueden ir de los 0,02 céntimos minuto de Chipre a los 0,18 euros minuto en Bulgaria. Esta situación falsea la competencia entre los operadores de diferentes países y entre los operadores de líneas fijas y móviles favoreciendo a algunos actores en detrimento de otros. Hemos lanzado una consulta pública y publicaremos una recomendación sobre la materia de aquí a fin de año.
El último punto en el que la Comisión pretende investir: el futuro del servicio universal en el sector de las telecomunicaciones. La idea es hacer de formar que todos los europeos, vivan donde vivan, tengan acceso a la alta velocidad. Los mercados concurrenciales del ADSL permiten hasta ahora generalizar el acceso a internet a un precio abordable para los europeos. Pero el 7 por ciento de la población de la UE no tiene todavía acceso a la alta velocidad. Se impone un esfuerzo: por ello, lanzamos una reflexión a fin de si una nueva obligación de servicio universal, similar a la que existe actualmente para el empalme de la red telefónica, se impone en la materia.
Todas estas iniciativas se inscriben en nuestra estrategia global i2010, cuyo uno de los objetivos principales es la creación de un mercado europeo de las telecomunicaciones, que sea abierto a la competencia y que ofrezca un servicios de calidad y a menor precio a los ciudadanos europeos. Es por tanto a día de hoy que se debe lanzar la reflexión sobre las prioridades y las necesidades del entorno digital más allá de 2010.