El hurto en los retailers de España crece un 7,7% en 2011
Una cruda realidad para la retailers es la pérdida desconocida, término que se emplea para definir los productos que no se han llegado a vender, ya sea por el hurto externo realizado por clientes, el hurto interno ocasionado por los propios trabajadores, el fraude de los proveedores y los errores internos.
Según el Barómetro Mundial del Hurto en la Distribución 2011 realizado por el Center For Retail Research y patrocinado por Checkpoint Systems, la pérdida desconocida que ha sufrido la industria del retail española en 2011 asciende a 2.946 millones de euros, 264 millones más que el pasado año.
Así, España se ha convertido en el cuarto país mundial en el que más aumenta el hurto, con un índice de crecimiento de 7,7% frente al 6,6% mundial. Unas pérdidas que equivalen al 1,4% de las ventas de los 7.562 establecimientos de las 38 empresas minoristas españolas encuestadas y que superan los niveles de los útimos 9 años.
Respecto al tipo de hurto más común, el hurto externo supone casi la mitad de la pérdida desconocida en España, con un 49,6%, seguido por el hurto interno (29,4), los errores internos (15,6%) y los proveedores (5,4%).
El estudio también revela que los ladrones optan por artículos fáciles de transportar, caros y de marca. Además, también consideran que su reventa sea fácil. Así, entre los productos tecnológicos destacan los juegos, MP3 y teléfonos móviles, es decir, todo lo que pueda estar libre de servicios.
Y sobre el perfil de los que realizan los hurtos también hay variedad. Por un lado están los jóvenes de entre 18 y 35 años que roba tendencias de moda y electrónica, y por el otro, los de 35-45 años que prefieren los artículos de alta gama para revender. En otro grupo estarían las bandas organizadas que deliquen para revender también.
En paralelo, la inversión en seguridad por parte de estas empresas se ha reducido en 2 millones de euros. De hecho, Checkpoint señala este hecho como una de las causas del incremento del hurto en nuestro país, junto a la larga duración de la crisis económica y el incremento de la delincuencia organizada.