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“Nuestro objetivo es proveer al mundo de las redes móviles más eficientes, la inteligencia para maximizar el valor de esas redes, y la capacidad de servicios para hacer que todo funcione a la perfección”, afirma Rajeev Suri, consejero delegado de Nokia Siemens Network.

Con esas palabras, la firma acaba de anunciar su apuesta por la banda ancha móvil  (incluyendo óptica), la gestión de la experiencia del cliente y los servicios, así como su programa de reestructuración global para mantener su competitividad a largo plazo y mejorar su rentabilidad en el mercado de las telecomunicaciones.

De esta forma, con el objetivo de reducir 1.000 millones de euros en gastos operativos y de producción para finales del 2013, el fabricante despedirá a unos 17.000 trabajadores, un 23% de su actual plantilla.

“A pesar de la necesidad de reestructurar algunas partes de nuestra compañía, nuestro compromiso con la investigación y el desarrollo se mantiene sin cambios”, indica Suri, el cual incluso prevé un aumento en la inversión en banda ancha móvil para los próximos años”.

Este anuncio se suma a otro realizado por la compañía a finales de septiembre y que afectará a 3.500 trabajadores tras el cierre de una fábrica en la localidad rumana de Cluj Napoca, y a otro relativo al despido de 4.000 personas, la mayoría de Dinamarca, Reino Unido y Finlandia,  y el traslado de otros 3.000 empleados a Accenture.