España, el país europeo con mayor amenaza de fraude de tarjetas

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El fraude de tarjetas en España el año pasado fue de 197,94 millones de euros, algo más que los 182,62 millones que generó el fraude en 2006.

FICO, una empresa que desarrolla herramientas de análisis predictivas para una mejor toma de decisiones, acaba de publicar un informe sobre la situación del fraude de tarjetas de crédito en 21 países de la Unión Europea entre 2006 y 2011.

Se han tenido en cuenta varias categorías de fraude: tarjetas falsificadas, tarjetas perdidas o robadas y fraude de identidad. Los detalles que se muestran en el estudio, convertido en un mapa interactivo, se centran tano en cada país como en Europa en general.

En conjunto el fraude de tarjetas de crédito tuvo su momento de apogeo en 2008, decreció en 2010, y volvió a crecer. Los niveles de 2011 son altos, 121 millones de dólares más que en 2006, con la excepción de Reino Unido, que contabilizaba el 45% del fraude en 2006 y que ahora contabiliza el 29%, lo que supone una reducción de 177 millones de euros. Los criminales, dice el informe, buscan nuevas oportunidades en Europa y España parece haberse convertido en uno de sus objetivos, ya que encabeza el ranking de países con mayor amenaza de fraude de tarjetas.

Los nivele s de fraude en España crecieron en 2008 un 30% respecto a 2006, y a pesar de una caída en los dos últimos años, siguen siendo un 17% más que en 2006. Una ventaja del mercado español, según el estudio de FICo es que cuando se utiliza una tarjeta de crédito suele pedirse el DNI, “lo que hace más difícil l fraude de tarjetas perdidas o robadas”. La utilización de chips y  PIN en España ya se realiza, pero ha sido uno de los últimos países en adoptarlo.

En 2006 el fraude de tarjetas costó al mercado español 182,62 millones de euros, frente a los 648,9 millones que costó a Reino Unido, el país europeo con más fraude que ha sabido reaccionar ya que aunque en 2011 mantuvo la primera posición, el fraude alcanzó los 421,26 millones de euros. En España, por el contrario, el fraude ha crecido, aunque ligeramente, hasta los 197,94 millones de euros en 2011.

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