Los ordenadores españoles tienen software pirata por valor de 874 millones de euros
El uso de software ilegal aumenta en España por segundo año, tras las caídas registradas entre 2007 y 2009 y esto resta competitividad las empresas del país.
Según un nuevo estudio, el valor comercial del software pirata instalado en los ordenadores españoles alzancó una cifra récord, de 874 millones de euros durante el año 2011.
De acuerdo con Business Software Alliance o BSA, el 44% de los ordenadores españoles lleva instalado software ilegal, una cifra que supera ligeramente a la registrada en 2010. Esto, según Teo Alcorta, presidente del Comité Español de BSA, influye negativamente en la productividad de un país y le hace perder competitividad.
Según palabras de Alcorta, “ningún país puede espera mejorar su competitividad con esta cantidad de software ilegal utilizado por sus empresas”.
De hecho, según los datos del informe de BSA llamado Estudio Global de Piratería, España y Grecia son los únicos países europeos en los que aumentó el uso de software sin licencia durante 2011 y Alcorta se lamenta de que España haya perdido la mejoría que había notado entre 2007 y 2009, años en los que se registró una caída del uso de software ilegal y añade que esto “supone un verdadero retroceso para nuestro país y nuestra economía”.
De hecho, como media en toda la Unión Europea, hay un 33% de ordenadores que llevan software pirata instalado, 11 puntos menos que en la media española.
Según Robert Holleyman, presidente y CEO de BSA, la responsabilidad recae sobre los gobiernos que deberían tomar medidas y reformar las leyes y aplicarlas para que los piratas sean penalizados de forma real por el uso de software ilegal.
Por otro lado, el estudio ha concluido que los directivos de empresas admiten con más frecuencia que otros tipos de usuarios que piratean software, siendo una de las prácticas más empleadas la de comprar software para un ordenador e instalarlo en varios.
Otro de los resultados del estudio apunta a que el software ilegal es mucho más usado en mercados emergentes que en mercados maduros: concretamente un 68% frente a un 24% de media.