Europa quiere especificaciones energéticas estándar para el centro de datos
Aunque ya existe una métrica capaz de medir la eficiencia energética de un centro de datosen Europa, se convertirá en una norma ISO que marcará cómo se tiene que utilizar.
La manera en que las compañías de centros de datos miden la eficiencia energética se convertirá en un estándar ISO En Europa el próximo año. Así lo ha anunciado un grupo de expertos durante el The Green Grid EMEA Forum que se ha celebrado en Bruselas, y donde Paolo Bertoldi, Director General del JRC (Joint Research Commission) de la Unión Europea ha asegurado que el existente Código de Conducta europeo para los Centros de Datos ha tenido un éxito parcial.
Paolo Bertoldi ha dicho que esta nueva norma ISO para Europa podría forzar a las compañías a fabricar nuevos centros con mayor contención en el flujo de aire, así como mediadas energéticas más conscientes con el medio ambiente.
Al mimo tiempo, el directivo aseguró que sigue habiendo centros de datos en Europa menos eficientes, lo que significa que se seguirán viendo ejemplos de enfriadoras mecánicas con gran necesidad de energía.
La estandarización del PUE (Power Usage Effectiveness) ha sido una de las primeras claves en la lucha por la eficiencia energética en el mercado de centros de datos. Esta métrica, que mide con cuánta eficiencia utilizan los centros de datos la energía comparando la energía total consumida por un centro de datos con la energía que llega al equipamiento de TI, se estableció en 2009.
Aunque son muchas las empresas que se han guiado por esta métrica, En Europa faltaba una estandarización en la manera de medir los datos, de manera que los operadores no puedan manipularlos si deciden hacerlo. De esta forma los operadores del centro de datos se verán forzados a seguir un estricto conjunto de reglas para medir cómo se está consumiendo la energía en Europa.
Hace algo más de un lustro, cuando la creación de grandes centros de datos estaba a la ordenan del día, aparecieron los primeros informes que alertaban de que los costes de infraestructura de eses datacenter pronto se verían superados por los costes de consumo de energía, no sólo de los procesadores –cada vez más potentes, sino por los costes de refrigeración. La industria se puso manos a la obra y no sólo se ha conseguido que los procesadores sean más eficientes, es decir, que hagan más sin calentarse, sino que se han adoptando fórmulas que han llevado a utilizar agua de mar para enfriar los centros de datos, por ejemplo.