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“Es el momento adecuado para retirarse”, ha dicho Steve Ballmer, CEO de Microsoft desde hace trece años, en un comunicado en el que anuncia que se retira dentro de doce meses. “Hemos puesto en marcha una nueva estrategia con una nueva organización”, dice Ballmer, añadiendo que la idea de retirarse se produce en medio de una transformación de Microsoft hacia una compañía de dispositivos y servicios, por lo que es necesario “un CEO que estará a largo plazo para esta nueva dirección”.

Una adopción menor de la esperada de las tabletas Surface así como la lentitud con la que Windows Phone gana cuota de mercado han llevado a pedir la dimisión de Ballmer desde hace un tiempo.

Hay que tener en cuenta que los smartphones y las tabletas están superando a la venta de ordenadores, algo que ha afectado a las cuentas de Microsoft en los últimos años. Windows 8 fue lanzado al mercado el año pasado con la esperanza de llenar un hueco entre los ordenadores y los dispositivos móviles, mientras animaba la venta de PC.

Los resultados, sin embargo, no han sido los esperados y no ha sido capaz de revivir el mercado; también es cierto que puestas sus esperanzadas en las capacidades táctiles del sistema operativo, su llegada al emrcado no ha estado acompañada de los productos adecuados, pues pocos fabricantes contaban con portátiles con pantalla táctil que explotaran las bondades de Windows 8.

Anunciado su abandono, la cúpula directiva de la compañía ha establecido un comité especial encargado de supervisar la transición hacia un nuevo líder, con Bill Gates como uno de los miembros que estudiará el proceso de selección.

El anuncio de Ballmer hizo que las acciones de la compañía subieran más de un 8%, hasta los 34,5 dólares,