Una brecha de seguridad costará en Europa cien millones de euros
Las empresas europeas se enfrentarán a multas millonarias bajo la nueva Ley que esta semana votaba el Parlamento Europeo en busca de una mayor protección de los datos.
Esta semana los miembros del Parlamento Europeo votaban a favor de una legislación más estricta que quiere volver a hacer dueños de sus datos a los usuarios sustituyendo una directiva de protección de datos vigente desde 1995, ofreciendo más seguridad a la privacidad de los usuarios.
Como parte de las nuevas propuestas se exigirá que las empresas ofrezcan lo que se ha denominado el derecho al olvido, que no es otra cosa que eliminar todos los datos de un usuario de sus sistemas, además de tener que transmitir esa petición a cualquier otra empresa a la que se haya cedido esos datos.
Otras medidas incluyen un consentimiento explícito del uso y recogida de los datos, así como nuevos controles sobre la transferencia de datos a países no pertenecientes a la Unión Europea. Es decir, que cuando un motor de búsquedas, una red social o un proveedor cloud de un país ajeno a la UE requiera datos de un usuario, no se podrá revelar información personal sin la autorización de la autoridad nacional de protección de datos.
Se espera que la nueva Ley de Protección de Datos esté disponible antes de que se celebren las próximas elecciones europeas, previstas para el 22 de mayo de 2014.
En caso de incumplir la normativa una empresa podría enfrentarse a multas de cien millones de dólares, o el 5% de su facturación anual, con lo que la cifra podría ser aún mayor; sobre todo si tenemos en cuenta que cuado se habla de esta futura ley se tienen en mente empresas globales de la talla de Facebook, Google o Yahoo!
Viviane Reding, comisaria de justicia, ha dicho que la nueva directiva no hace sino subrayar la importancia que el Parlamento Europeo concede a la privacidad y las libertades civiles. Además, allana el camino para una ley de protección datos fuerte y uniforme que permitirá a las empresas reducir costes al no tener que estar pendientes de diferentes directivas. “Un continente, una ley”, dijo Reding.