La tecnología que se lleva puesta aumentará un 50% anual hasta 2017
Los analistas dicen que la tecnología que se lleva puesta debe innovar y respetar las normas de privacidad para conseguir el éxito esperado en el mercado.
La tecnología que se lleva puesta, más conocida por su término en inglés ‘wearable technology‘, se ha comenzado a hacer popular con la llegada al mercado de los relojes inteligentes o de las gafas estillo Google Glass. Este es un mercado que no ha hecho más que empezar pero se espera un gran crecimiento en los próximos años.
Así, se espera que las ventas totales de dispositivos de tecnología que se lleva puesta llegue a los 64 millones de unidades en 2017 , según un estudio que calcula que en 2012 esta cifra ascendió a 8,3 millones de unidades vendidas y a 3,1 millones en 2011, según calcula la firma de investigación Berg Insight. Esto supone que la tecnología que se lleva puesta aumentará sus ventas en un 50,6% anual hasta 2017.
A día de hoy, los productos más vendidos del mercado de la tecnología que se lleva puesta son lo que la consultora denomina “la primera generación de productos” que son los que los usuarios se ponen para temas relacionados con el deporte (contabilizar kilómetros recorridos o calorías consumidas, por ejemplo). Sin embargo, para el año 2017 los relojes inteligentes incorporarán muchas características propias de estos dispositivos haciendo de ellos los productos estrella del mercado.
Dice Johan Svanberg , analista de Berg Insight que, aunque “la muñeca es el lugar más atractivo para los dispositivos portátiles“, como se puede ver en el éxito de los smartwatches que hasta ahora han salido al mercado, se espera que “los dispositivos de hoy en día evolucionen hacia algo más que útiles oara actividades deportivas o centros de notificación de teléfonos inteligentes externos” si quieren ser verdaderamente populares.
Por el momento, Google , Sony y Samsung ya han lanzado productos, y se espera que otros grandes fabricantes como Apple y LG entren pronto en el mercado. El informe dice que para que se adopte ampliamente estos dispositivos del mercado de la tecnología que se lleva puesta, necesitan resolver los problemas de privacidad que plantea, sobre todo en el caso de Google Glass, que no inspira mucha confianza entre las autoridades por toda la información privada capaz de ofrecer al usuario.