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La mayor cantidad de dispositivos móviles que se mueven en las empresas, junto con la mayor audacia de los ciberdelincuentes están generando cambios en el mercado de la seguridad.

La identificación biométrica no es nueva; empezó implantándose en los portátiles profesionales y en las algunas PDAs hace casi una década. La ineficacia de las contraseñas han vuelto a revivirlas y el último estudio de Gartner predice que al menos el 30% de las organizaciones utilizarán tecnologías biométricas para 2016.

Y Gartner no es el primero que lo dice. Ericsson ya auguraba antes de que acabara 2013 que antes de que finalice este año habrá donde escoger cuando se quiera optar por un Smartphone con algún tipo de identificación biométrica, normalmente lectores de huellas dactilares. Fueron el 74% de los más de 100.000 usuarios encuestados los que aseguran que los ‘smartphones biométricos’ serán una realidad durante este año.

Siglas como el famoso BYOD (Bring Your Own Device) o el menos conocido CYOD (Choose Your Own Device) están movilizando a las empresas, que ven cómo deben enfrentarse a multitud de dispositivos accediendo a sus redes y servicios, y a veces sin saber de dónde proceden. Forrester Research calcula que el 70% de las emprasas ya tienen un programa BYOD, un 62% de usuarios de smartphones y un 56% de los usuarios de tabletas llevan sus propios dispositivos al trabajo.

Pero volviendo al informe de Gartner, la consultora recomienda que se implanten y evalúen métodos de autenticación biométricos, que puede estar asociados al uso de contraseñas. Reconocimiento de voz, de rostro, iris o huella dactilar son tecnologías que deben ser exploradas  para mejorar la seguridad.