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Mientras las ventas de teléfonos de Samsung han caído ligeramente, Samsung está bajo presión para reinventarse a sí misma, con el objetivo de ser una empresa más innovadora aunque sin perder el enfoque que no hizo llegar a ser una de las principales empresas de electrónica del mundo.

Samsung el mes pasado registró una inesperada caída en los ingresos de su segundo trimestre tras perder cuota de mercado, y además el Presidente de la firma Lee Kun-hee, de 72 años, que ha logrado hacer famosa a Samsung está hospitalizado después de que en el mes de mayo le diera un ataque al corazón. Muchos creen que su hijo, de 46 años y licenciado en Harvard, podría ser su sustituto.

Entre otras cosas, uno de los esfuerzos de este verano para fomentar un entorno más favorable a los trabajadores y una cultura más creativa es permitir que el personal en su campus principal situado al sur de la ciudad de Seúl puedan usar pantalones cortos para trabajar los fines de semana y darles un horario de trabajo más flexible, mientras que las mujeres podrán tomar su baja maternal sin tener que preocuparse por la seguridad laboral.

Por otro lado, Samsung ha subrayado desde hace tiempo la necesidad de incentivar la creatividad y de contratar más talento extranjero, ya que opera en mercados cada vez más diversos y ha hecho hincapié en la filosofía de “trabajo inteligente” para reducir el tiempo necesario empleado en la oficina, aunque este es un proceso de cambio lento puesto que Samsung se ha caracterizado siempre por una gestión vertical muy rígida, como apunta Reuters. 

La rotación de personal en Samsung en Corea del Sur estuvo por debajo del 3% el año pasado, frente a casi el 17% en sus instalaciones en el extranjero y es que destacan los expertos, el cariño que los empleados tienen a la empresa, donde no es fácil entrar.