El legacy obstaculiza la economía

Negocios

Alejandro Solana, director técnico de VMware Iberia, analiza el este artículo el impacto que los sistemas heredados tiene en la empresa.

Se abre una brecha

En estos tiempos en los que las empresas están sometidas como nunca antes a la presión de responder a las demandas del mercado, los departamentos de TI representan un papel instrumental en la creación de una ventaja competitiva al transformar la forma en que las empresas funcionan y agitar a los jugadores asentados.

Sin embargo, nuestra última encuesta realizada a responsables de TI de toda Europa y dirigida por Vanson Bourne nos ha asombrado al revelar que casi dos tercios (65%) de los encuestados creen que transcurre una media de cinco meses entre lo que quiere la empresa y el momento en que lo entrega TI. Esta falta de alineación entre la empresa y el departamento de TI acarrea serias consecuencias si no se soluciona, no sólo para cada organización, sino para la economía en general.

El impacto económico

En Francia, los equipos de TI están dedicando la dolorosa cantidad de 617.368 horas a la semana a abordar los problemas informáticos del legacy. Si consideramos la cantidad de personas que trabajan en departamentos de TI de todo el país, esto equivale a que las organizaciones en Francia se gastan más de 800 millones de euros cada año y sólo en esta actividad. Es decir, eso representa una cuota considerable de la economía total en Francia y es una dolorosa cantidad destinada a asegurarse de que los sistemas no fallan exclusivamente. Todo director financiero con vistas al futuro debería estar pensando en cómo establecer un equilibrio.

Ahora bien, no es ninguna sorpresa descubrir que esto no sucede en Francia sólo, ni por asomo. Los departamentos de TI de toda EMEA dedican una media de 14 horas a la semana a solucionar o tratar temas relacionados con sistemas de TI heredados. Otro análisis realizado por The Centre of Economics and Business Research muestra que ese tiempo le cuesta a las empresas de los Países Bajos más de 400 millones de euros al año, a las de Rusia 895 millones, a las de Alemania 738 millones y a las del Reino Unido 5.900 millones de euros, siendo estos algunos de los países peor parados. Y esto es sólo la cantidad y el valor del tiempo dedicado a gestionar problemas con sistemas de TI heredados. El simple hecho es que una falta de alineación entre las empresas y TI conlleva ahora un impacto económico que hace sentir por toda EMEA.

Si miramos más allá, las empresas no sólo perjudican a su propio rendimiento, competitividad y perspectivas de crecimiento, sino que además suponen un lastre para la economía en general. No es exagerado decir que el crecimiento intensivo se potencia con el descubrimiento de formas cada vez mejores de aprovechar los trabajadores y recursos. Esto permite la mejora continuada de ingresos y el bienestar y permite a las economías crecer.

TI a la carrera para llegar al cambio

Es posible que las empresas no logren ver las consecuencias perdurables que tienen las decisiones del día a día más allá de su organización, pero si nos fijamos en el presente, vemos que las exigencias que penden sobre los departamentos de TI son más intensas que nunca. A las empresas no les queda más remedio que hacerse con la nueva era de TI, pero tal y como destacan las encuestas, los responsables de TI en toda EMEA están sometidos a cada vez más presión para recortar costes (50%), aumentar la movilidad de la plantilla (43%) y mover todas las infraestructuras a la nube (40%). Sólo un 15% está prácticamente convencido de que la infraestructura y las herramientas de TI de su empresa soportan actualmente las necesidades del negocio, la necesidad de innovar no podría ser más evidente.

Las empresas suben y bajan con las olas de la innovación tecnológica, pero hay algo que no ha variado en el tiempo y es que las empresas de éxito son las que más rápido se adaptan. Las empresas emergentes más ágiles siguen retando y adelantando a los jugadores asentados que llevan el lastre del legacy y la verdad es simple, en el panorama de hoy en día, innovar bajo tal presión del mercado ya no es sólo un reto, sino una necesidad.

Esto no es sólo cuestión de tecnología. Es una mentalidad y para tener éxito, se debe cambiar la mentalidad de la empresa, avanzar de la cultura de mantener, arreglar y reparar hacia la cultura de innovar, construir y modernizar. No es un proceso fácil, pero con el tipo de inversiones que hacen empresas como VMware para proveer tecnología que cambia las reglas del juego, existe una verdadera oportunidad de sacar ventaja en la carrera por el crecimiento y dedicar tiempo a las áreas adecuadas.

La solución

Los equipos de TI deben transformar por completo su papel para convertirse en una parte instrumental en definir la estrategia de organizaciones y fomentar proactivamente la innovación para mantenerse a la cabeza del juego. Sólo podrán hacerlo si se liberan de las horas que dedican a mantener el legacy y pasan a dedicar sus horas a prepararse para el futuro. A medida que los departamentos TI soportan el peso de las exigencias de mantenimiento del legacy y las complejidades de gestión que implica implantar nueva tecnología, muchas organizaciones no saben que dedican demasiado tiempo y dinero a las áreas equivocadas.

Si no logran hacer malabarismos entre el mantenimiento y la innovación, las empresas no sólo perjudican su propio rendimiento, competitividad y perspectivas de crecimiento, sino que además suponen un lastre para la economía en general. No es exagerado decir que el crecimiento intensivo se potencia con el descubrimiento de formas cada vez mejores de aprovechar los trabajadores y recursos. Este es el tipo de crecimiento que permite la mejora continuada de ingresos y el bienestar y permite a las economías crecer.

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