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El futuro del Internet de las Cosas, el famoso IoT, pasa por el coche conectado y, lo que parece aún más interesante, la cocina conectada. Según datos de Gartner, dentro de cinco años, para 2020, habrá 250 millones de coches conectados, lo que significará nuevos servicios dentro del vehículo así como nuevas capacidades de conducción automática; y significa también que los coches conectados, una quinta parte de todos los vehículos, “serán un gran elemento del Internet de las cosas (IoT)”, dice la consultora.

Gartner también prevé que este año habrá 4.900 millones de cosas conectadas en uso, un 30% más que en 2014, cifra que crecerá hasta los 250.000 millones para 2020.

El coche conectado ya es una realidad, y la conectividad inalámbrica en los vehículos se está expandiendo rápidamente desde los modelos de lujo a los modelos más comunes. Para James F. Hines, director analista de Gartner, el creciente consumo y creación de contenido digital dentro de los vehículos generará la necesidad de sistemas de info-entretenimiento más sofisticados, creando oportunidades para los desarrolladores de aplicaciones, aceleradores gráficos, pantallas y tecnologías de interfaces”.

En cuanto al modelo de negocio, “tendrá que emerger para reflejar el creciente mercado del coche conectado”, dice el analista.

Y si de coches conectados llevamos hablando ya un tiempo, la cocina conectada no se ha quedado atrás y parece que también tendrá su peso dentro de ese universo del Internet de las Cosas. Aunque según James F. Hines ha recibido menos atención, la cocina conectada generará beneficios significativos en las industrias de retail, salud y seguridad”, además de abordar temas de sostenibilidad.

La recolección en tiempo real de sensores permitirá la generación automática de listas de la compra, dice también el analista, asegurando que esto hará que la gestión de inventario en ciertos sectores, como el retail, sea mucho más eficiente.