Microsoft amplía el canal de distribución para Surface
Microsoft anuncia durante su conferencia anual de partners que a partir de ahora los distribuidores de Surface no se contarán por cientos, sino por miles.
Arrancaba ayer en Orlando la conferencia anual de partners de Microsoft, su Worldwide Partner Conference (WPC), con los discursos de Satya Nadella, CEO de la compañía, y Phil Sorgen, el vicepresidente corporativo de la red de partners globales de Microsoft.
Los directivos hablaron largo y tendido, no sólo de canal y las enormes oportunidades que ponen en manos de sus partners, sino de tecnologías y poyectos, como GigJam, que busca reinventar la productividad y los procesos de negocio; Cortana Analytics, un conjunto de servicios orientados a ayudar a las empresas a convertir los datos en acciones inteligentes, o Microsoft HoloLens, el primer dispositivo de computación holográfica que funciona con Windows 10.
Se esperaba que el cloud fuera uno de los grandes protagonistas del encuentro, y Microsoft no decepcionó. La compañía anunció que se han realizado mejoras en el programa Cloud Solution Provider (CSP) con el objetivo de ayudar a los partners a crecer y ganar en retabilidad gracias a la oferta cloud de la firma, como son Azure CRM Online, Office 365, Windows Intune o la Enterprise Mobility Suite (EMS).
Microsoft Surface, la gran ganadora
Microsoft volvió a despertar pasiones al anunciar que ampliará el número de partners que puedan vender Surface, “pasando de unos cientos a miles en todo el mundo en los próximos meses”, decía la compañía.
Se añade que este anuncio se realiza apenas dos semanas antes de la llegada de Windows 10, un lanzamiento que crea enormes oportunidades de negocios no sólo a los partners de Microsoft, sino al resto de la industria.
La llegada de Microsoft Surface al mercado no estuvo exenta de críticas. El lanzamiento se produjo en 2012, coincidiendo con el de Windows 8, un sistema operativo que la compañía de Redmond quería que fuera íntimo de los dispositivos táctiles y cuyo interfaz de alejaba de lo que los usuarios estaban acostumbrados a ver; precisamente esto último produjo el rechazo de gran parte del público, que pidió a gritos el regreso del botón de inicio, entre otras cosas.
Y mientras se vertían críticas sobre Windows 8, los fabricantes de ordenadores se sentían ofendidos ante la llegada de Surface; más justo sería decir que se sintieron traicionados. No así el público, que vio en Surface una opción para sacar el máximo partido de ese nuevo sistema operativo, y que ofrecía algo por lo que pocos fabricantes habían apostado: una tableta de reducido tamaño y gran potencia, una tableta basada en Windows para el entorno empresarial.
Se añadió que Microsoft, consciente del avance de ARM y de los ahorros de costes que podía ofrecer esta plataforma, lanzó Surface RT, que ofrecía toda la potencia de Windows 8 en un dispositivo táctil y a un precio asequible.
Con Windows 8.1 Microsoft hizo las paces con los consumidores, mientras los fabricantes observaban cómo tras la primera generación de Surface, llegaba una segunda, y una tercera.
En cuanto al canal de distribución, lleva años pidiendo poder llevar Surface al mercado, porque sólo unos pocos son los escogidos. La primera Surface se vendía de forma directa a través de los markets de Microsoft, además de a través de unos pocos distribuidores; y a pesar de que las peticiones para convertirse en distribuidor de la tableta de Microsoft seguro que han inundado Redmond, la compañía se ha mantenido fiel a su estrategia, estudiando cómo estaba el mercado recibiendo su creación, sin querer precipitarse.
Ahora dice que los distribuidores de Surface se contarán por miles, miles a los que habrá que tener bien provistos. Larga vida a Surface.