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Futuro del mercado de la vigilancia: ¿perderemos privacidad para controlar el terrorismo?

Los atentados y amenzas de posibles nuevos ataques en Europa y en Estados Unidos han desatado recientemente un gran debate sobre la implementación de nuevas medidas de vigilancia en las grandes ciudades, en aeropuertos y estaciones y también en los dispositivos móviles, que unos defienden y otros dicen que atentaría contra la privacidad del ciudadano.

Además del reciente atentado en la ciudad de Bruselas, que ha levantado alarmas, el hecho de que hace tan solo unos días el FBI estadounidense haya conseguido, con la ayuda de la empresa Cellebrite, acceder al iPhone de una de las personas que participó hace unos meses en un ataque en San Bernardino, pero sin el consentimiento de Apple, se ha abierto un debate sobre hasta qué punto los ciudadanos stamos sometidos a vigilancia o no.

Y también se abre aquí una posible gran oportunidad para todos aquellos fabricantes y proveedores de soluciones de videovigilancia, por un lado, y de seguridad para dispositivos, por otro.

¿Qué pasa tras Bruselas? ¿Más vigilancia o no?

Hace poco más de una semana nos levantamos con la noticia de que unos terroristas habían hecho explotar dos detonaciones en el aeropuerto Zaventem de la capital belga y una tercera en la estación de metro de Maelbeek, situada en la calle de la Loi, cerca del edificio de la Comisión Europea. Y comenzó el debate: ¿necesitamos incrementar la vigilancia o eso atentaría contra la legislación europea sobre privacidad?

No hay que olvidar que el famoso 11 de septiembre de 2001, contra la Torres Gemelas de Nueva York, el que fue el mayor ataque a objetivos estadounidenses en su territorio en toda su historia, trajo amplias nuevas medidas de vigilancia y seguridad. Fue un momento clave en el que los gobiernos del mundo comenzaron a contar con manga ancha a la hora de realizar detenciones de personas, atacar otras naciones y entrometerse en las comunicaciones privadas de sus ciudadanos (uso de Internet, de servicios de mensajería o sus llamadas, por ejemplo).

Un informe publicado por SecuritySales, explica que “la escala de los ataques y los consiguientes efectos sobre la psique americana creó una conciencia generalizada sobre las medidas de seguridad, prácticas y sistemas que existen”, lo que llegó con una respuesta urgente y sin precedentes por parte del gobierno para proteger el territorio nacional, lo que vino con el desarrollo de “algunas tecnologías de seguridad experimentales, creando nuevos mercados”.Según el informe, tras los atentados, “miles de millones de dólares de impuestos se destinaron a I + D para crear o intentar perfeccionar tecnologías de seguridad que hasta ese momento eran cosa de ciencia ficción”, mientras que proveedores, integradores de sistemas y otros participantes de la industria trabajaron par transformar el ecosistema de seguridad, de la mano de una nueva regulación y normativa.

Por su parte, otro acontecimiento importante que marca nuestras vidas, vino tras los atentados al metro de Londres en el año 2005, con una bomba líquida hubo un importante cambio en nuestras vidas: todo aquel que viaje en avión tiene restricciones a la hora de transportar líquidos. Una pasta de dientes más grande de la cuenta dentro del equipaje de mano puede ser requisada. Y probablemente esto haya incrementado las ventas de agua en las máquinas y tiendas de los aeropuertos.

Hace apenas unos días, publicaba ChannelBiz un informe del que se hacía eco Reuters que apuntaba a que herramientas como  el “software de reconocimiento facial, escáneres que permiten detectar armas  o cámaras de videovigilancia serían algunas de las tecnologías que podrían utilizarse más ampliamente para asegurar los lugares públicos”, lo que abre una oportunidad de mercado a firmas de los mencionados sectores.

Los expertos dicen que la tecnología no puede resolver el problema por sí mismo, pero sí ayudar. Así, por ejemplo, el reconocimiento facial tiene la capacidad de centrarse en personas sospechosas, lo que podría dar pistas a las autoridades, para que así no centren su vigilancia en todos los ciudadanos, que piden mayor privacidad. En el mismo estudio, decían algunos expertos que esto podría vulnerar la privacidad y requeriría de un cambio de normativa y una aceptación ciudadanos que permitiera aumentar la vigilancia pública. En noviembre un informe publicado por ChannelBiz apuntaba a un crecimiento de las ventas del sector de la videovigilancia del 20% en un año. Y añadía que “los gobiernos están imponiendo normas que les permitan almacenar este tipo de información sustraída de las cámaras de videovigilancia, durante un período de tiempo específico” y qu son los gobiernos y los órganos de defensa los principales usuarios finales de estas soluciones de almacenamiento de video vigilancia.

¿Y qué pasa con la privacidad de nuestros dispositivos?

Al mismo tiempo que sucedían estos acontecimientos en Bruselas y que muchos países de Europa se encuentran en alerta ante posibles futuros atentados, al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, Apple ha protagonizado una gran polémica con las autoridades del FBI por temas de privacidad.

El tema, podría llegar a mermar la confianza de los usuarios hacia los dispositivos móviles de la firma de Cupertino, puesto que la última noticia es que las autoridades consiguieron interceptar la información del smartphone de un hombre que asesinó a otras personas en California, aunque no ha desvelado cómo lo ha conseguido.

Durante la investigación de la matanza de San Bernardino, el FBI asegura desde el principio que el teléfono celular de uno de los terroristas podía contener información clave para entender los motivos de la matanza, y lo que reclamó la ayuda de Apple, que se negó a ayudar, diciendo que esto podría crear un peligroso antecedente en asuntos sobre la privacidad de sus clientes.

Antes de que el FBI asegurara haber consguido la información del iPhone 5c del acusado, el vicepresidente senior de Apple explicó en un artículo publicado en prensa que “si se aceptara la petición del FBI, la compañía estaría acabando con todo el trabajo que ha hecho para estar un paso adelante de los cibercriminales” y que esto haría a la industria retroceder a épocas menos seguras. Y es que Apple, dijo, quiere trabajar para luchar contra los criminales que tratan de acceder a la información personal de los dispositivos.

Este hecho, podría hacer que el mercado de dispositivos móviles necesitara de nuevas herramientas de seguridad, si de verdad quieren proteger la información de los usuarios. Esta vez fue la información del smartphone de un acusado, pero si lo lograron con este terminal, las autoridades podrían hacerlo con los teléfonos de otros ciudadanos.

Bárbara Bécares

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