Entre todos es sabido que hay varios paraísos en términos fiscales dentro de Europa que llevan a que las grandes empresas, también del sector TIC, declaren los ingresos de su actividad en el Viejo Continente dentro de estos lugares, ahorrando así grandes cantidades de dinero a modo de impuestos. Sin embargo, la Comisión Europea no está de acuerdo con esta práctica que persigue desde hace tiempo, por la pérdida que supone para los países de la región en términos de ingresos por impuestos.
Las autoridades de competencia basadas en Bruselas han considerado que las ventajas fiscales que otorgaba Irlanda a Apple son ilegales. La mencionada cantidad, recuerdan los expertos del mercado, supone casi el doble del beneficio mundial que logró Apple en el último trimestre, finalizado en junio.
Un comunicado de prensa oficial de la Comisión Europea explica que “este tratamiento fiscal selectivo de Apple en Irlanda es ilegal en virtud de las normas sobre ayudas estatales de la Unión Europea, dado que concede a la empresa una ventaja significativa frente a otras empresas sujetas a las misma normativa tributaria nacional”.
¿Podría suponer esta medida el fin de la existencia de ciertos lugares dentro de Europa con ventajas en materia de impuestos? Por un lado, esto podría ser una buena noticia tanto para el sistema fiscal de los países, que podrían percibir mayores ingresos en materia de impuestos y también para firmas locales que, por sus características, se ven obligadas a tributar en su propio territorio nacional no pudiendo beneficiarse de estas reducciones. Pero para las grandes empresas multinacionales (no solo dentro del sector de las TIC y de Internet, sino también en otros sectores) supondría una caída de los beneficios de forma considerable, ya que parte de sus ingresos se les escaparía a modo de impuestos.
Tim Cook, CEO de la empresa, en una entrevista concedida a un medio de comunicación de hace un par de años, afirmaba que “Apple paga cada dólar de impuestos que debemos“. Pero veremos que esto no ha sido así.
Vamos a hacer un análisis sobre la postura de la Unión Europea con respecto al asunto y su persecución a esta práctica que se remonta a años atrás. ¿Llegará ese día en el que las empresas deban tributar en cada país donde estén presentes y en función de las ganancias en cada uno de ellos?
Todo comenzó gracias a diversos periodistas que publicaron informen de prensa que alegaban que algunas compañías estaban importantes reducciones de impuestos a través de “resoluciones fiscales” emitidas por las autoridades nacionales”. A pesar de que, como alegaban las autoridades de Bruselas, “proporcionar ventajas selectivas a una empresa o grupo de empresas específicas” va contra las normas de las ayudas fiscales que concede la Unión Europea.
A pesar de la importancia que presenta esta multa por la gran cantidad que representa y por lo que podría suponer para el futuro de estas prácticas tan beneficiosas para las grandes empresas (y tan poco para los ciudadanos por la competencia desleal que representa con las pequeñas compañías locales), ya ha habido otras multas en el pasado.
En 2015, la firma con sede en Cupertino tuvo una disputa legal abierta con Italia, acusada de no pagar los impuestos correspondientes a la actividad en el mencionado país, que se solucionó con un acuerdo que comprendía el pago de 318 millones al gobierno de Roma, que acusaba a la empresa de evadir las tasas correspondientes a su actividad económica en el país. De todos modos, Italia alegaba inicialmente que la firma privada le debía más de 800 millones de euros.
Pero la de Cupertino no es la única la firma que se gasta menos dinero en impuestos que el que le corresponde. Varias están en el punto de mira, tanto de las autoridades de competencia como de la opinión pública. El pasado mes de marzo, junto a Apple, Bruselas anunciaba que había llamado a representantes de Google, Ikea y McDonalds para que dieran explicaciones, frente a legisladores de la Unión Europea ofertas fiscales de las que se están aprovechando para pagar menos impuestos en el territorio común.
Starbucks también fue citada pero se negó a participar en este encuentro. La marca de automóviles Fiat Chrysler, que ha apelado contra la investigación de la UE contra su acuerdo fiscal con Luxemburgo, también rechazaba la invitación. La española Inditex, a pesar de que ha repetido, por activa y por pasiva, de que paga impuestos millonarios en nuestro país, también se ha conocido que se ha aprovechado de las ventajas fiscales que ha estado ofreciendo ilegalmente el gobierno de Dublín para sus actividades en otros continentes.
Por su parte, hace más de un año, Amazon comenzó a pagar impuestos sobre sus beneficios obtenidos en Alemania, España, Reino Unido e Italia en estos países y no en Luxemburgo, uno de los países de Europa que exime a las empresas de grandes pagos de impuestos, tras descubrirse esta práctica. Antes de esto, las sociedades de Amazon evitaron pagar los debidos impuestos por los beneficios obtenidos en un determinado país gracias a variados montajes fiscales.
De acuerdo con la investigación de la Comisión Europea, “Apple Sales International y Apple Operations Europe son dos sociedades mercantiles irlandesas íntegramente controladas por el grupo Apple, a su vez, bajo el control de la matriz estadounidense Apple Inc”.
La división Sales International se encarga de adquirir productos de Apple a los fabricantes de equipo a escala mundial y de venderlos en Europa (también en Oriente Medio, África y la India). La compañía organizó sus operaciones de ventas en Europa de manera que, por obligación contractual, los clientes tuviesen que comprar los productos de Apple Sales International en Irlanda, en lugar de hacerlo en los puntos físicos de venta. De este modo, Apple registraba todas las ventas, así como los beneficios generados por las mismas, directamente en Irlanda y se ha descubierto que “solo un pequeño porcentaje de los beneficios de Apple Sales International estaba sujeto a impuestos en Irlanda mientras que el resto no se gravaba en ningún lugar”. Operations Europe se benefició de un régimen fiscal similar a lo largo del mismo período.
Las autoridades de competencia explican que “la función del control de las ayudas estatales de la UE es garantizar que los Estados miembros no otorguen de forma selectiva a determinadas empresas un tratamiento fiscal más ventajoso que el que conceden a las demás, a través de resoluciones fiscales o de otros instrumentos. Más en concreto, los beneficios deben distribuirse entre las diversas empresas de un mismo grupo y entre las diferentes partes de una misma empresa, de manera que quede reflejada la realidad económica”.
Así, la distribución debería llevarse a cabo en consonancia con los acuerdos que tienen lugar en condiciones comerciales entre empresas independientes (el denominado «principio de plena competencia»).
En este caso, la investigación de la Comisión ha puesto de manifiesto que las resoluciones fiscales emitidas por Irlanda refrendaron una distribución interna artificial de los beneficios a Apple Sales International y Apple Operations Europe carente de justificación económica objetiva.
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