Los retos de la banca pasan por afrontar la omnicanalidad
La banca minorista está ofreciendo servicios innovadores al cliente a través de beacons, soluciones propias del internet de cosas (IoT) y tecnologías portátiles.
El informe titulado ‘Análisis y previsiones del mercado de banca global omnicanal entre 2016 y 2021‘ apunta a que el enfoque bancario hacia múltiples canales serán la base de la próxima generación del sector.
Dicen los analistas que “el enfoque omnicanal implica una integración armoniosa entre los diferentes canales bancarios, incluyendo a través de Internet, de móviles, redes sociales, cajeros automáticos y lugares físicos. Este enfoque busca asegurar “una experiencia bancaria sin fisuras”.
Consideran los expertos que “el intercambio y la integración de datos de los consumidores en el extremo posterior del enfoque omnichannel da como resultado una experiencia unificada del consumidor, ya sea en ventas, transacción o servicio”.
Se ha comprobado, también, que los bancos minoristas están ofreciendo servicios innovadores al cliente a través de beacons, soluciones propias del internet de cosas (IoT) y tecnologías portátiles.
La movilidad ha sido la mayor irrupción de los últimos tiempos, y una creciente proporción de clientes ahora están exigiendo aplicaciones bancarias en sus teléfonos inteligentes. Sin embargo, ofrecer servicios bancarios consistentes a través de todos los canales en un escenario omnichannel es uno entre los muchos otros desafíos que enfrentan los bancos.
Tanto es el desafío que hace tan solo unos días, uno de los mayores bancos en España, el BBVA, anunciaba su intención de cerrar 132 oficinas en España durante el mes de febrero, a causa del auge de la banca online. Es decir, que el hecho de que los usuarios cada vez utilicen más las opciones que ofrece la banca por Internet, hace peligrar los puestos de trabajo en las sucursales.
El banco presidido por Francisco González ha subrayado que las sucursales seguirán jugando un “papel fundamental”, aunque su rol “está cambiando”, habida cuenta de que los clientes acuden “cada vez menos” a las oficinas e interactúan más por canales no presenciales.