Blockchain, etiquetas RFID y análisis prescriptivo para evitar el desperdicio de alimentos
Cada año, España genera 7,7 millones de toneladas de basura en forma de comida y buena parte procede de la cadena de suministro. ¿Cómo solucionarlo?
España acaba tirando a la basura 7,7 millones de toneladas de comida cada año. Un alto porcentaje procede directamente de la cadena de suministro.
¿Cómo reducir este desperdicio de alimentos? “En estos últimos años, las organizaciones distribuidoras de alimentos han dado pasos significativos para reducir su gasto y todavía están funcionando algunas medidas. Sin embargo”, explica Guy Yehiav, director general de Zebra Analytics, “el continuo desperdicio sigue haciendo que la industria alimentaria sufra pérdidas ocasionadas por los alimentos desperdiciados, la mala percepción por parte de los consumidores con conciencia ecológica y las complejidades operativas en el proceso de transporte que dificultan la eficiencia”.
“Desde el aumento de los costes y las expectativas de gran demanda hasta el seguimiento y el control de las existencias, las empresas de la cadena de suministro de alimentos se enfrentan a más desafíos que nunca en sus esfuerzos por evitar el desperdicio”, observa.
Pero no es una batalla perdida. La tecnología puede ayudar, empezando por la aplicación de tecnología de blockchain, tan asociada al mundo de las criptomonedas pero con potencial también para esta problemática.
Con blockchain se obtiene un libro de contabilidad digital sobre el movimiento de mercancías en la cadena de suministro. Cuando un código de barras se escanea en los puntos de control, hasta la llegada del producto al almacén, va dejando un “rastro de migas” que desvela su ruta. Es decir, facilita la visibilidad y la toma de decisiones.
“Por ejemplo”, apuntan desde Zebra, “una empresa de transporte de productos lácteos comprueba que sus productos llegan a sus destinos estropeados” y deciden investigarlo. Normalmente, “identificar una causa de fondo podría llevar semanas. Si a esta tarea incorporamos blockchain, el investigador simplemente necesita revisar esta cadena buscando un punto en el que la leche podría haberse estropeado”. Esta tecnología “permite ver que los envíos fueron dejados durante la noche en una instalación cross-docking que no está equipada para almacenamiento refrigerado. Al visitar esas instalaciones”, el investigador, “ve que, debido a la falta de formación adecuada, numerosos productos perecederos están en el suelo en lugar de haber sido colocados inmediatamente en un camión refrigerado”. El problema es detectado y “el siguiente paso es ordenar una puesta al día urgente de esos profesionales y eliminar de la cadena de suministro esos alimentos”.
Otro elemento para mejorar la situación son las etiquetas RFID que aportan información sobre los productos de las cajas de cartón a las que se adhieren. Respecto a blockchain, ofrecen más detalles y más puntuales. Su utilidad es evidente para garantizar la frescura de los alimentos durante todo el itinerario, ya que las etiquetas avisan si un producto ha caducado o si la fecha de consumo preferente está cerca de expirar.
Tanto las soluciones de blockchain como RFID se pueden complementar con una metodología de análisis prescriptivo, que usa los datos para determinar por qué ha sucedido algo, cómo mejorar resultados, los costes y quién debe encargarse de ello. “Una buena solución analítica prescriptiva”, detalla Zebra, “puede configurarse para que se centre en gran medida en posibles problemas, como por ejemplo los productos que están a punto de caducar, las unidades de almacenamiento en frío que funcionan mal (incluidas las cajas de productos lácteos y los camiones de reparto) y los productos perecederos que han pasado demasiado tiempo sin refrigeración”. Y, en último término, esto servirá para reducir la huella de los residuos alimenticios y brindarle un futuro sostenible a la industria.