La digitalización y las entregas físicas son los dos grandes retos a los que se enfrenta el sector de la logística a nivel mundial. Ambos retos llevaban un tiempo presentes en las agendas de las compañías, pero el carácter de urgencia se ha acentuado tras el estallido de la pandemia de coronavirus y los picos de demanda registrados desde marzo.
Según la segunda edición del estudio La Logística del e-Commerce del Centro Español de Logística (CEL) y everis, menos de un tercio de las compañías (31 %) tenía los recursos tecnológicos suficientes para responder a ese incremento de la demanda. La mayoría carecía de herramientas, por lo que casi 3 de cada 10 tuvieron que implementar soluciones para garantizar las entregas y al mismo tiempo respetar los requisitos higiénicos, un 31 % se adaptó al teletrabajo y otro 8 % incorporó tecnología para compartir información con terceros.
La transformación digital se antoja tan necesaria en este ámbito como en otros. En los meses que dura ya la crisis sanitaria, la asimilación tecnológica por parte de los profesionales ha experimentado una evolución equivalente a tres años en condiciones normales.
El comercio electrónico, por ejemplo, ha disparado sus cifras. Respecto al cuarto trimestre de 2019, se han registrado más de 226 millones de transacciones para un crecimiento del 11,4 %. La moda es la actividad que más destaca a nivel de transacciones con entregas físicas.
Y, aunque las agencias de viajes y los operadores turísticos lideran sobre el resto en volumen de negocio e ingresos, tal y como venía sucediendo en periodos anteriores, la pandemia ha alterado las cosas. La expansión del virus ha provocado una reducción del volumen total de negocio con respecto al trimestre anterior por primera vez en cinco años. Los confinamientos y las restricciones de movilidad, junto a la incertidumbre económica, redujeron los desplazamientos y el ocio, algo que repercute directamente en la facturación.
Por el contrario, están despuntando los servicios de restauración con reparto. Por primera vez, el delivery o las entregas en restauración se clasifican entre las diez principales ramas de actividad con mayor porcentaje de transacciones del comercio electrónico. Figuran con un 2,5 %. Se espera que la venta en tiendas online con entrega física se duplique a lo largo de este 2020.
Y aún quedan datos por sumar. Está pendiente la campaña de rebajas de final de año. Un 32% de las empresas encuestadas confirma que la campaña que genera más actividad es el Black Friday, seguida de la Navidad (27 %). Hasta un 62 % de las compañías dice que son rentables, con incrementos considerables de la demanda.
“Por parte de las compañías logísticas”, apunta Manuel Yagüe, director ejecutivo de Operaciones de everis, “se ven obligadas a incrementar hasta en un 10 % su plantilla, adaptándose a la necesidad de servicio para hacer frente a la demanda incrementada” en estas fechas.
Los eCommerce también están sufriendo la rotura del stock y los problemas de abastecimiento (19 %), una rotación de productos (14 %) y un incremento de pedidos por encima de la capacidad de respuesta (13 %) en plena pandemia.
Ahora los consumidores son más exigentes en cuanto a los costes de envío, el plazo y el lugar en el que se efectúa la entrega y la trazabilidad del paquete. Esto obligaría a los profesionales de la logística a apostar por una programación flexible en los repartos y el seguimiento en tiempo real de los pedidos, así como fomentar la comunicación directa con el repartidor.
Otro desafío que se les plantea es disponer de exsitencias más cerca. “Ante el gran pico de demanda vivido en el ámbito de las cadenas de suministro, nos encontramos frente a la necesidad de un ajuste de recursos que va a implicar un nuevo modelo logístico”, apunta Ramón García, director de Innovación y Proyectos del Centro Español de Logística. “La omnicanalidad, microhubs urbanos y la hibridación de procesos de entrega se elevan como las tendencias globales más acuciantes”.
En concreto, hay seis tendencias con potencial para marcar la estrategia logística, empezando por un nuevo modelo de distribución con microhubs para descongestionar las ciudades y la calidad del aire o unas soluciones más flexibles. Y continuando por el uso de vehículos alternativos, como los eléctricos, híbridos y de hidrógeno.
El sector debería abrirse a tecnologías emergentes que permitan implementar nuevas funcionalidades y abaratar costes, como la inteligencia artificial, Blockchain, el internet de las cosas, RPA o los coches autónomos. También tienen que fomentar la formación interna para el uso de todas estas tecnologías.
Otro punto clave para el futuro del sector logísticos será la colaboración entre los sectores privado y público, juntando en el mismo barco a operadores, empresas tecnológicas, startups y Administraciones Públicas. Al menos esto es lo que reclaman los expertos.
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